LAS MUJERES EN LA FILOSOFÍA. Capítulo XIII: ROSA LUXEMBURGO. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro de la Academia de Historia de Santander y del Colegio Nacional de Periodistas Seccional Santander.

 

“Algunos especialistas creen que fue la mejor continuadora de Marx en el plano teórico”, se lee en el Diccionario Enciclopédico Salvat Universal” (tomo 13, p. 324).

Rosa Luxemburgo, nacida en la Polonia de 1871 ocupada por los rusos zaristas y quien a los 18 años tuvo que exiliarse en Zurich, Suiza a causa de sus posiciones ideológicas, fue una brillante y controvertida filósofa revolucionaria, antimilitarista y feminista socialista.

 

 

Radicada en Berlín, y por haberse casado con un ciudadano alemán, recibió la ciudadanía de este país. Fuerte opositora a la Primera Guerra Mundial, se destacó por su llamado a la objeción de conciencia contra el servicio militar y a la abierta desobediencia a las órdenes de los superiores alemanes, lo cual le acarreó el que fuese encarcelada.

 

El 27 de enero de 1916 comenzó a circular un documento llamado “Carta Política”, suscrito por “Espartaco”. El nombre lo tomaba su redactora —Rosa Luxemburgo— del esclavo que en Roma había organizado el gran levantamiento de esclavos contra el Imperio Romano en procura de lograr su libertad y que la historiografía conoce como la Tercera Guerra Servil (años 73 a 71 a.C.). Este fue el nombre que, finalmente, se le dio a su movimiento: Liga Espartaquista.

 

 

Rosa Luxemburgo refutó decididamente el pensamiento de Lenin en aspectos esenciales de la filosofía marxista —entre ellos el concepto de nación— y antes que él expuso la teoría del imperialismo.

Siempre desde su concepción socialista, defendió el derecho de la mujer al voto.

Fue cofundadora del Partido Comunista Alemán, organización en la que devino la Liga de Espartaco, igualmente fundada por ella.

 

 

El Espartaquismo fue, en síntesis, un movimiento revolucionario alemán que se desarrolló durante la I Guerra Mundial, a la que Rosa Luxemburgo se opuso radicalmente.

 

 

Rosa Luxemburgo —quien llegó a aprender once idiomas— ejerció el periodismo y en tal calidad fundó y dirigió varios periódicos y revistas. Por ejemplo, fue la cofundadora, el 9 de noviembre de 1918, en Berlín, del periódico La Bandera Roja. Su filosofía la consignó en los numerosos libros que escribió y publicó:

Reforma social o Revolución (1899)

La crisis socialista en Francia 

Estancamiento y progreso del marxismo

Problemas organizativos de la socialdemocracia

El socialismo y las iglesias

Huelga de masas. Partido y sindicatos (1906)

Introducción a la economía política (1916 – 1917)

Utopías pacifistas

La acumulación del capital. Tomo I (1913)

La acumulación del capital. Tomo II (1921)

La crisis de la social democracia (1916)

El espíritu de la literatura rusa

La revolución rusa

Contra la pena capital

 

 

Se ha discutido que Rosa Luxemburgo no era feminista. Por supuesto que lo era. En una sociedad y en una época dominadas por el más radical machismo, al punto de que solo una universidad alemana (la de Zurich) recibía mujeres, se dio a la tarea de obtener cupo y de estudiar, por demás en forma sobresaliente. Lo que pasó fue que Rosa Luxemburgo no aceptaba el feminismo sesgado de las damas que, invocando su condición de mujeres pudientes y que pagaban impuestos, reclamaban el derecho al voto; ella abogaba por el derecho de la mujer, en general, incluida la mujer obrera y humilde, al voto; es decir, luchó por el sufragio universal y femenino.

Su postura la llevó a no aceptar que su partido político la pusiera a dirigir el ala femenina, pues ella consideró que era una estrategia para sacarla del escenario de discusión en el que debatía de igual a igual con los varones.

 

 

Dígase lo que se quiera, lo cierto es que el machismo —también imperante dentro de las filas comunistas— la relegó a un segundo plano. Pero Rosa Luxemburgo, para decirlo en términos coloquiales, les dio “sopa y seco” como pensadora, en diversos temas, a las más prominentes figuras del socialismo y el comunismo, como Marx, Lenin, Stalin, Trotsky y Kautsky. Así, sobre la obra cumbre del primero, El Capital, hizo observaciones críticas muy serias en tópicos económicos puntuales.

 

 

La filosofía política de Rosa Luxemburgo quedó plasmada en memorables frases suyas:

“La libertad solamente para los partidarios del gobierno, solamente para los miembros de un partido —por numerosos que sean— no es la libertad. La libertad es siempre la libertad del que piensa de otra manera”.

“La libertad es siempre la libertad de los disidentes. (…). Si “libertad” se convierte en “privilegio”, la esencia de la libertad política se habrá roto”.

“Sin elecciones generales, sin libertad de prensa, sin libertad de expresión y reunión, sin la lucha libre de opiniones, la vida en todas las instituciones públicas se extingue, se convierte en una caricatura de sí misma en la que sólo queda la burocracia como elemento activo.”

“El liberalismo económico es la zorra libre en el gallinero libre.”

“Quien no se mueve, no escucha el ruido de sus cadenas”.

“Toda la fuerza del movimiento obrero moderno descansa sobre el conocimiento científico”.

“La justicia de las clases burguesas fue nuevamente como una red que permitió escapar a los tiburones voraces, atrapando únicamente a las pequeñas sardinas”.

“Hay que dar vuelta un mundo. Pero cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada es una acusación; y es un criminal quien, con inconsciencia brutal, aplasta una pobre lombriz”.

“La historia es el único maestro infalible”.

“La revolución proletaria debería arrojar un rayo de bondad para iluminar la triste vida de las prisiones, disminuir las sentencias draconianas, abolir los bárbaros castigos -las cadenas y azotes- mejorar en lo posible la atención médica, la alimentación y las condiciones de trabajo. ¡Es una cuestión de honor!”.

“No debemos olvidar que no se hace la historia sin grandeza de espíritu, sin una elevada moral, sin gestos nobles”.

“¿Cuál es nuestra tarea en la cuestión de la paz? (…) Si las naciones existentes realmente quieren poner coto, seria y honestamente, a la carrera armamentista, tendrían que comenzar con el desarme en el terreno político y comercial, abandonar sus rapaces campañas colonialistas y su política internacional  de conquista de esferas de influencia en todas partes del mundo”.

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

 

 

Los hechos que la llevarían a la muerte se desencadenaron a partir del último día del año 1918. Entre el 31 de diciembre y el 2 de enero de 1919, en efecto, se reunió en Berlín la Liga Espartaquista. En dicha reunión, la organización decidió transformarse en el nuevo Partido Comunista Alemán. Entre el 5 y el 12 de enero sucedió en Berlín lo que se denominaría impropiamente el Levantamiento Espartaquista. Impropiamente, porque el Partido Comunista —al que se le seguía llamando el partido de “los espartaquistas”— apoyó el movimiento, pero no fue su organizador. Incluso, Rosa Luxemburgo se opuso a él por considerar que las condiciones no estaban dadas para que tuviera posibilidades reales de éxito. La represión militar se desató el 6 de enero y se extendió hasta el 15. Los sospechosos de participación en el movimiento fueron arrestados. Este día, el 15 de enero, Rosa Luxemburgo fue apresada, golpeada y brutalmente asesinada por fuerzas gubernamentales y paramilitares sin dársele la oportunidad de ser sometida a juicio.

 

 

Anualmente se celebra en Berlín la conmemoración de esos hechos de violencia como homenaje a su memoria.

 

 

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FOTOGRAFÍAS: (1), (2), (3) y (5): Rosa Luxemburgo en diversas etapas de su vida.

(4) El actor Kirk Douglas como Espartaco en la película del mismo nombre (1960) dirigida por Stanley Kubrick.

(6)  La actriz alemana Barbara Sukowa como Rosa Luxemburgo en la película del mismo nombre (1986) dirigida por Margarethe von Trotta. La actriz protagonista ganó el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes.

(7) Portada del libro de Severo Salles Carlos Marx y Rosa Luxemburgo La acumulación del capital en debate.

(8) Cartel de la película alemana Rosa Luxemburgo dirigida por Margarethe von Trotta.

(9) Escena del arresto de Rosa Luxemburgo en la película alemana del mismo nombre dirigida por Margarethe von Trotta y con la actuación estelar de la actriz alemana Barbara Sukowa como Rosa Luxemburgo.

(10) Ciudadanos alemanes arrojan flores en el monumento a Rosa Luxemburgo en Berlín.

Ilustración única: Tomada de Educatina (sección Filosofía), página web educativa del Ministerio de Educación de Argentina.

 

(CONTINUARÁ)

 

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