¿Realmente es cierto que no existió Manuela Beltrán? (Segunda parte) Por Óscar Humberto Gómez Gómez

 

Tal y como se observó, el artículo del historiador Armando Martínez Garnica, titulado “Adiós a Manuela Beltrán”, dice:

“Hasta entonces, nadie había mencionado a esa mujer en el movimiento socorrano de 1781, y nadie había dicho su nombre, ni siquiera en el largo expediente judicial que se siguió a los comuneros. Pero alguien, sin prueba alguna, inventó que se llamaba Manuela Beltrán (…)”. (Negrilla fuera de texto).

 

Esto no es cierto. Y no lo es, porque nada más ni nada menos que el mismísimo alcalde de la villa del Socorro en la fecha de la insurrección, Don Josef Ignacio Angulo y Olarte, atestiguó que entre los amotinados solo había reconocido, precisamente, a Manuela Beltrán; que no había podido hacer lo mismo con ningún otro porque todos se cubrían el rostro con sus sombreros gachos.

 

 

En efecto, en la página 59 del libro “LOS COMUNEROS”, de Manuel Briceño, publicado hace CIENTO CUARENTA Y TRES (143) AÑOS, es decir, en el año 1880 (Imprenta de Silvestre y Compañía. Bogotá), fue dada a conocer, por primera vez, una declaración rendida sobre lo ocurrido el 16 de marzo de 1781 por quien en esa fecha era el alcalde de la villa del Socorro, testimonio en el cual el testigo mencionó de manera expresa el nombre de la mujer que había despedazado el edicto. En esta declaración el alcalde, José Ignacio de Angulo y Olarte, respondía un cuestionario que había allegado otro testigo de los hechos, don Salvador Plata, para que él lo contestara, conforme hace constar el funcionario que le toma el testimonio, José Araos, Escribano Teniente del Gobierno.

Es de advertir que en aquella época todavía no regía la norma procesal actual que ordena que cuanto vaya diciendo el testigo que rinde declaración se copie tal y como él lo dice, esto es, en primera persona, sino que el funcionario que tomaba el testimonio iba dejando constancia en el expediente de lo que el declarante le fuera diciendo.

El alcalde relata que no distinguió “sujetos”, “porque todos los que se aparecieron se precavían con sus sombreros gachos” (es decir, que todos los “sujetos” llevaban sombreros de ala ancha y caída sobre la cara, que impedían el que se les reconociera).

Posteriormente el alcalde se refiere a “las expresiones que en aquel día dijo” “don Salvador Plata” (de cuyo nombre deja constancia entre paréntesis el funcionario que está tomando la declaración).

Esas “expresiones” fueron las de que debían “observarse las órdenes del Regente y superiores”.

El alcalde confirma que esas palabras de don Salvador Plata lo que hicieron fue enardecer a los amotinados (“de lo que enardecieron)”.

Narra el alcalde que desde el tumulto le expresaron a él “que bajase abajo” (con lo cual denota que estaba arriba, asomado en el balcón).

Y al final el testigo deja en claro que “sólo conoció a Manuela Beltrán”, agregando de esta que fue la que “rompió el edicto”.

 

 

El texto del aparte pertinente de la declaración del alcalde es el siguiente:

 

“DECLARACION DEL DOCTOR JOSE DE ANGULO Y OLARTE

En la ciudad de Santa Fe, y diciembre 12 de 1782 años. En cumplimiento de lo mandado por el decreto antecedente, yo, el infrascrito Escribano, Teniente de este Superior Gobierno, recibí juramento al doctor don José Ignacio de Angulo, vecino de la Villa del Socorro y Alcalde, que lo hizo a Dios Nuestro Señor y por una señal de cruz, conforme a derecho, bajo el cual ofreció decir verdad de lo que sugiere y fue preguntado, como también de guardar secreto; y siendo por mí preguntado al tenor del interrogatorio inserto en el escrito que antecede, presentado por don Salvador Plata, dijo y declaró lo siguiente:
A la primera pregunta dijo: que en el mismo día de la sedición no distinguió sujetos, porque todos los que se aparecieron se precavían con sus sombreros gachos; que pasados algunos días, supo que José Delgadillo había hecho tocar el tambor y a este lo seguían Roque Cristancho, Ignacio Ardila, el sarco, Pablo de Ardila, el cojo, Miguel de Uribe y otros muchos de sus aliados, y que son ciertas las expresiones que en aquel día dijo (don Salvador Plata) de observarse las órdenes del Regente y superiores, de lo que enardecieron, expresándole que bajase abajo, cuya voz salía del tumulto, y sólo conoció a MANUELA BELTRAN, que rompió el Edicto.
………..
DOCTOR JOSE IGNACIO DE ANGULO Y OLARTE – JOSÉ ARAOS Escribano Teniente del Gobierno” (BRICEÑO, Manuel. Los Comuneros. Imprenta de Silvestre y Compañía. Bogotá. 1880, p. 59. Mayúsculas en el texto).

 

Léase en Internet:

 

https://docplayer.es/52863148-Manuel-briceno-los-comuneros.html (página 59)

 

El siguiente es el aparte pertinente del libro original (página 59):

 

 

A continuación, la portada del libro de Briceño y la página con la que cierra la Introducción. En ambas se observa el año de publicación de la obra, esto es, 1880.

 

 

 

Ahora bien: el mismo artículo del Dr. Martínez Garnica dice:

“Gracias a los motores de búsqueda de Family Seach, sabemos que ninguna mujer con ese nombre fue bautizada en esa época“.

 

Esto tampoco es cierto. En el folio 76 del Libro de Bautismos No. 2 de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro obra la partida de bautismo de “María Manuela“, “hija legítima de Juan Beltrán y Angela de Archila”, niña que fue bautizada el día dos de julio de 1724“.

El texto completo de dicha partida es el siguiente:

“MARÍA MANUELA

En la parroquia del Socorro, el dos de julio de mil setecientos veinte y cuatro años, yo. El Mtro. Don Joseph de Lara Mirabal, Theniente de cura en ella condicional, bauticé puse óleo y chrisma a una niña llamada María Manuela, de un mes y veinte días, hija legítima de Juan Beltrán y Ángela de Archila Sarmiento, fue su padrino Nicolás de Cárdenas Barragán. Doy fe, Joseph de Lara Mirabal. Pbro”.

 

Ello significa no sólo que Manuela Beltrán sí fue bautizada en el Socorro, sino que en 1781, año de la insurrección, tenía 57 años de edad.

Inserto a continuación tanto el folio del libro parroquial donde obra la partida de bautizo de Manuela Beltrán como dicha partida:

 

FOLIO DE LA PARTIDA DE BAUTIZO DE MANUELA BELTRÁN

 

PARTIDA DE BAUTIZO DE MANUELA BELTRÁN

 

 
Dice el mismo artículo del Dr. Martínez Garnica que José María Quijano Otero, director de la Biblioteca Nacional, dejó una constancia en 1878 en la que textualmente escribió lo siguiente:

“Ningún historiador de Colombia consigna el nombre de la mujer que rompió el escudo real y despedazó el “edicto de los impuestos” en la plaza del Socorro el 15 de mayo (sic) de 1781, fecha que constituye, en mi humilde opinión, el punto de partida del movimiento insurreccionalista que emancipó a Colombia. Hoy he sabido por una rara casualidad, i puedo comprobar, que aquella humilde hija del pueblo que vino a ser heroína en la historia se llamaba María Antonia Vargas. Dejo de ello constancia en la Biblioteca Nacional, como tributo a aquella valerosa mujer (…)”. (Negrilla fuera de texto).

 

Lo que no dice el artículo es cuál fue esa “rara casualidad” y con qué pruebas “comprobó” el autor de tal constancia que “aquella humilde mujer” que “rompió el escudo real y despedazó el “edicto de los impuestos” en la plaza del Socorro” “se llamaba María Antonia Vargas”.

Como quedó visto atrás, “el nombre de la mujer que (…) despedazó el “edicto de los impuestos” en la plaza del Socorro”, entre otras cosas no “el 15 de mayo de 1781”, sino el 16 de marzo de 1781, lo “consigna” el propio alcalde de la villa del Socorro.

Personaje este cuyo nombre, dicho sea de paso, aparece en varios de los documentos insertados por el historiador MANUEL BRICEÑO al final de su libro de 1880, observándose que unas veces lo escribían “JOSE” y otras veces “JOSEF”, con una “F” al final.

 

 

(CONTINUARÁ)

 

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